El Natero
Tenerife Travel Blog
› entry 1 of 2 › view all entriesEl camino esta lleno de retamones y tabaibas que en algunas ocasiones dificultaban el paso, recordando con nostalgias las películas de la selva cuando se desbrozaban con aquellos machetes las selváticas sendas. Pero hablando especialmente de que no se podía apreciar el paisaje debido a la espesura del sendero pasito a pasito se fue bajando rumbo al fondo del barranco, nombre a que se refiere a que los primeros pobladores aprovechaban las escorrentías de aguas para formar pequeños huertos donde el barranco se remansaba en su descenso, ayudando un poco con paredes de contención.
Balos y guadiles acompañan a los excursionistas alineados a los lados de la vereda. Y en las laderas aparecen los inmensos edificios que forman los cardones algunos de los cuales están llenos de flores. Estos arbolitos y arbustos, aparte de adornar casi todo los rincones de estos enormes tajos, ayudan a los paseantes dándoles sombra, lo cual viene muy bien porque el día es fuerte. En ocasiones se encuentran charcos, charquitos y charcas que recuerdan que por allí cae agua de vez en cuando.
